¿Qué ha pasado con la participación de la juventud en los procesos políticos de los países en América durante el Siglo XX. La llamada época de las “libertades políticas”?. Es importante señalar que el proceso de “libertad política” no es exclusivo del Siglo XX, puesto que este proceso se inicio desde el momento mismo del descubrimiento y la conquista de América. Son muchos los nombres de jóvenes que se incorporaron en las luchas en contra de los maltratos de que fueron objeto por parte de los conquistadores. Un solo nombre basta para ejemplarizar “El Cacique Enrriquillo”.
Años mas tarde, en las luchas libertadoras surgieron jóvenes lideres, osados y valientes, que empujados por un claro ideal de justicia, de paz y de libertad se convirtieron en estandartes y forjadores de esos ideales y les ha correspondido por su participación en las luchas libertadoras y los procesos de formación de sus pueblos, un lugar destacado en la historia que los hace permanentes, y los convierte en paradigmas de honor y libertad, orgullo no sólo de su nación, sino de todo el continente. Ha sido tan marcada su influencia, que en nuestro siglo de “Libertades Políticas” están aun vigentes aquellos principios por ellos enarbolados, y seguirán estando mientras exista en la mente y el corazón del hombre en un sentimiento de libertad.
Mas recientemente aun, es importante reconocer la influencia ejercida en la mente de los jóvenes, por la destacada participación de una juventud ahíta de inquietudes y repleta de ilusiones, que hizo explosión en la Revolución Cubana al mando de Fidel Castro, quien, al decir del profesor Juan Bosch “fue el volcán del Caribe que sacó de los fondos de la historia la mas completa de las revoluciones sociales”. Al momento de producirse esta Revolución, la mayoría de los países de nuestra América estaban gobernados por regimenes totalitarios, en los cuales la fuerza de la represión, propia de estos sistemas, restringía y amordazaba a toda la población, especialmente a la juventud, quien vio que los jóvenes podían y tenían derecho a participar en los procesos de cambio y que estos jóvenes eran capaces de producir las transformaciones políticas, económicas y sociales exigidas por su pueblo. De ahí su influencia en el pensamiento político de muchos otros jóvenes de su época, lo cual abrió la posibilidad de una mayor participación de la juventud en la política y, consecuentemente, la aparición de nuevos partidos políticos de diferentes ideologías.
En la parte final de este siglo, es cuando se manifiesta mas evidentemente la participación exitosa de los jóvenes en los procesos electorales de América, alcanzando la primera magistratura representantes jóvenes de la política contemporánea. En estos momentos gran porcentaje de los países de toda América, son gobernados por jóvenes líderes que oscilen entre los 40 y los 50 años de edad, lo cual no ha sido motivo para el desmejoramiento en nuestros sistemas democráticos. Más aún, estos jóvenes líderes son preparados y llevados al poder por partidos políticos mayoritarios, que han confiado en ellos.
Sus actuaciones como gobernantes no son puntos de análisis en esta oportunidad. Sin embargo, no es ocioso un cuestionamiento sobre la base de una responsabilidad en la gestión gubernamental con la participación de los miembros de su partido, fundamentada en una plataforma de acción política, económica y social. Cabe destacar desde luego, que los gobernantes sin tomar en cuenta su edad o su nivel académico, no actúan solos, y que regularmente responden a unos lineamientos establecidos en las bases del partido que los llevo al poder y la mayoría de sus acciones son el reflejo de un plan político de gobierno.
Ahora bien, nos preguntamos: el soborno, el mal manejos de los fondos públicos, la prevaricación y cualquier otro delito de corrupción ejercido por un gobernante, ¿no podrían ser considerados como un reflejo de una acción mancomunada en el ejercicio del poder? Cabe destacar que de esto existe mucho en América, pero vale la pena añadir que no solo los jóvenes cometen estos delitos.
Extraido de JUVENTUD Y POLITICA EN REPUBLICA DOMINICANA Por: David Elías Melgen